La biomasa, clave para reducir los incendios.

La despoblación gradual y sucesiva del medio rural ha llevado al abandono de los usos tradicionales del monte (leña, pastoreo, etc.). España es un país muy forestal, con más de 27,5 millones de hectáreas de bosques y con un ritmo de crecimiento del 2,19%, muy superior respecto a la media europea (0,51%). Sin embargo, la biomasa que se extrae de los montes europeos es un 40% mayor que en España. Esto ocurre porque en España, a penas se gestionan los bosques debido a que se piensa que no intervenir en ellos, es sinónimo de protegerlos.

Un monte es un ecosistema vivo y delicado que necesita de ciertos cuidados y de operaciones silvícolas para su correcto mantenimiento. La ausencia de gestión forestal conlleva la acumulación de biomasa y como resultado de ello, los bosques se convierten en verdaderas bombas de combustible. Si a esto le añadimos el calor extremo y la ausencia de lluvias, el resultado son incendios de sexta generación imposibles de controlar, debido principalmente, a la incapacidad de adentrarse en los montes para apagarlos dada la acumulación de biomasa presente en ellos. Por lo que solo queda esperar a que estos incendios se extingan una vez que hayan abrasado la totalidad de la masa forestal, ocasionando pérdidas de ecosistemas enteros, de vidas y de bienes materiales.

La biomasa forestal obtenida como resultado de las operaciones silvícolas, es un recurso muy útil en la prevención de incendios, primero porque evita la acumulación en el monte de elementos de combustión rápida y segundo, porque se obtiene una fuente de energía limpia, contribuyendo a la prevención del cambio climático que según Naciones Unidas, “es, junto a los cambios en el uso de la tierra, la razón fundamental del incremento de los incendios forestales”. Y que además, tal y como vaticina su último estudio  “aumentarán en un 30% para 2050 y en un 50% para final de siglo”. Un buen ejemplo de ello, es el horror que se ha vivido en Asturias durante los primeros días del mes de abril, con más de 100 incendios en toda la provincia. Algo que se podría haber evitado o reducido considerablemente, si se gestionara adecuadamente la acumulación de biomasa de los bosques asturianos, puesto que dificulta el poder adentrarse en los montes para apagar los incendios y también los convierte en verdaderas bombas de combustible que hace que se propaguen más rápidamente.

Además, el aprovechamiento de la biomasa, es una posibilidad real de generar economías locales para la España vaciada. El  aprovechamiento de la biomasa en el monte puede alcanzar entre dos y cuatro millones de hectáreas y crear, por cada millón de metros cúbicos de biomasa que se incorporen al mercado, 1.000 empleos directos en el medio rural. Por tanto, la biomasa forestal presta ayuda para una gestión sostenible, la prevención de incendios e impulsa la energía renovable de kilómetro 0, beneficiando de esta manera a la economía local. Gracias a esto, todos salimos ganando: la naturaleza y la sociedad.

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