Alrededor del 80% de toda la energía en los hogares se utiliza para calefacción y el agua caliente de baños y duchas. Por lo tanto, es interesante para la economía familiar prestar atención a esto. Aquí queremos aportar algunos consejos sobre cómo reducir ese gasto con sencillos gestos del día a día:
- Ajusta correctamente la temperatura ambiente.En el salón suele ser suficiente una temperatura de 20° o 21°, que corresponde al nivel 3 de los termostatos convencionales. De esta forma, estaremos cómodos y la diferencia con el exterior, especialmente en invierno, evitará los choques del cambio brusco de temperatura en el cuerpo. Por otra parte, 16° es suficiente en dormitorios o pasillos; piensa que dormir abrigado con un buen edredón resulta más confortable que una habitación caldeada en exceso. Además, cada grado menos ahorra alrededor de un 6% de energía de calefacción.
El consejo de los expertos: Subir el termostato al máximo no hace que la habitación se caliente más rápido, ¡solo consigue llegar a una temperatura más alta!
- Purga el radiador. ¿Escuchas a veces un sonido de gorgoteo que proviene del radiador, o no está realmente caliente a pesar de que has subido el termostato al máximo? Entonces, seguramente debes purgar urgentemente los radiadores. Cada burbuja de aire significa un gasto innecesario de energía.
El consejo: Si se ha liberado mucho aire del sistema, vuelve a llenar el sistema de calefacción con agua o consulta con el técnico.
- Ventilación en invierno. Lo más eficiente desde el punto de vista energético no es abrir las ventanas mucho rato. Es mejor ventilar varias veces al día durante unos 5-10 minutos. Esto crea una buena renovación de aire sin enfriar en exceso la casa. Sin embargo, ten en cuenta que cuando las ventanas están inclinadas en un techo, apenas se produce intercambio de aire, pero las paredes circundantes se enfrían, y eso fomenta el moho.
El consejo: Cierra las válvulas termostáticas durante la ventilación para no desperdiciar energía innecesariamente.
- Ahorro de agua caliente. Los costes de calefacción no sólo provienen de la calefacción, sino también de la generación de agua caliente. Ducharse o bañarse requiere alrededor del 14% del consumo total de energía. En un hogar promedio de tres personas, un cabezal de ducha de bajo consumo puede ahorrar alrededor de 37.800 litros de agua caliente por año y, por lo tanto, 2.550 kWh de consumo de energía.
El consejo: Dúchate en lugar de darte un baño ¡Así ahorras hasta 70 litros de agua caliente cada vez!
Con una forma optimizada de calefacción, no solo ahorras en gastos de calefacción, sino que también reduces, al mismo tiempo, tus emisiones de CO2. ¿Alguna vez has pensado en reemplazar su sistema de calefacción, por ejemplo, con un sistema de calefacción de biomasa ? Esto también puede generar mucho ahorro…