La biomasa sostiene la economía circular

El modelo productivo actual debe dirigirse hacia la economía circular. Un proceso que comienza en todos los niveles de la vida cotidiana, con acciones sostenibles, rentables y respetuosas con el medio ambiente.

 

El sistema actual está agotando los recursos naturales. Solo la Unión Europea produce más de 2500 millones de toneladas de residuos cada año. Es necesario impulsar un cambio del modelo lineal de producción actual, por una verdadera economía circular. ¿En qué consiste y qué ventajas conlleva? Se trata de un modelo económico basado en la producción de recursos renovables y su reutilización o reconversión para crear nuevos productos con valor añadido y un ciclo de vida más extenso.

La alta demanda de materias primas y la escasez de recursos obliga a avanzar hacia una economía circular pero las razones no se frenan ahí. Un uso responsable de esas materias primas reduciría las emisiones contaminantes y frenaría el impacto climático del actual modelo de gestión derivado del alto consumo de energía.

Una sociedad sostenible debe pasar a utilizar y optimizar los materiales y residuos, dándoles una segunda vida. Pero este nuevo modelo no solo necesita un cambio de actitud ciudadana. Es necesario que el diseño de esos productos permita que sean fácilmente reutilizados y reciclados. Es ahí donde el ecodiseño juega un papel esencial facilitando que cada elemento pueda reutilizarse o reciclarse una vez terminada su vida útil.

Cuando se trata de este concepto es fácil caer en el error de que solo afecta a envases o a productos de gran consumo pero otros sectores como la construcción, la movilidad la gestión del agua o de los bosques, con la mejor conservación de estos espacios naturales que conlleva, también están adaptando sus modelos en busca de una mayor sostenibilidad. Y es aquí donde la biomasa se convierte en pilar de la economía circular.

 

La Bioeconomía favorecerá el mercado económico

La gestión forestal sostenible y la biomasa para uso térmico son claves para la transición hacia una economía circular aumentando la eficiencia global y el aprovechamiento de recursos. Por ejemplo, industrias transformadoras de productos derivados de la madera como aserraderos, bobinas o palets utilizan los subproductos de peor calidad para generar calor de proceso, los siguientes en calidad son utilizados para fabricar pellets y la materia prima principal para obtener el producto final. De esta manera, se reduce al máximo la dependencia de energías fósiles.

Como respuesta a los retos medioambientales actuales, la bioeconomía se ha convertido en una rama importante de la economía circular con el objetivo de garantizar el suministro energético, mitigar los efectos del cambio climático y reducir la utilización de combustibles fósiles. Además, permite generar oportunidades para el desarrollo económico y el empleo.

Se estima que la gestión sostenible, el diseño ecológico y la reutilización generarán medio millón de empleos y un 8% de ahorro en el volumen de negocio anual de las empresas de europeas, al tiempo que reducirían las emisiones totales anuales de gases de efecto invernadero entre un 2 y un 4%.

 

El consumidor final se beneficiará de productos innovadores que aumenten su calidad de vida y, a medio/largo plazo generen importantes ahorros económicos debido a una mayor vida útil.

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