Desde Hargassner queremos hacer una vez más especial hincapié en la importancia de utilizar un combustible de calidad para garantizar un buen funcionamiento de las calderas de biomasa. Si queremos, por ejemplo, asegurarnos de que nuestra caldera de astilla a precio competitivo disfrutará de una vida útil más larga, deberemos disponer siempre de una astilla que cumpla con los actuales estándares de calidad.
Estos patrones de calidad se han ido desarrollando y actualizando con el tiempo con un objetivo: garantizar en todo momento la comercialización de un producto homogéneo y de calidad fácilmente demostrable. A pesar de ello, en la actualidad, sigue habiendo muchas dudas al respecto que en el artículo de hoy vamos a intentar resolver.
Calidad de la astilla como combustible
La astilla, como ya sabrás, se trata de un biocombustible sostenible y económico que se emplea en el proceso de combustión de la biomasa. Cuando hablamos de astilla nos referimos a todos esos restos de madera que nos ofrece la naturaleza (ramas, troncos, etc.) y que no contiene ningún aditivo. Además, de todos los combustibles que se usan en los equipos de biomasa, este es uno de los más asequibles. Pero ¿qué tipo de astilla comprar?
La calidad y las características de estos fragmentos de madera varían no solo en función de su procedencia, también de la humedad. Para una mayor certeza de que la astilla que estamos adquiriendo es de calidad, muchos de los fabricantes de calderas de astillas, entre ellos Hargassner, se han apoyado en la norma internacional ISO 17225-4, que entró en vigor en 2014 y que sustituyó a las otras normas que existían a nivel estatal: DIN EN 14961 y ÖNorm M7133.
Según esta norma, se establecen 3 tipos generales de astillas en función de la granulometría: P16S, P31S y P45S. El nombre nos ofrece una pista de la granulometría del material. Además, tal y como podemos ver en la gráfica, se establecen unos máximos y unos mínimos en términos de fracción gruesa permisible o longitud máxima de partículas, entre otros factores, que también se deben tener en cuenta.
Pero además de la granulometría, existen otros requisitos que hacen referencia a las propiedades físicas del combustible (contenido de agua, porcentaje de cenizas, valor calorífico y densidad) que también son determinantes y que deberían aparecer en los sacos de astillas que se comercializan.
¿Qué diferencia hay entre las clases A1 y A2 y las clases B1 y B2? Las astillas clasificadas como A1 y A2 no han sido tratadas previamente, es decir, proceden de la madera de los bosques, por lo que no contienen mayores niveles de impurezas. Algo que no ocurre con las astillas de clase B1 y B2.
Desde Hargassner esperamos que esta breve exposición te resulte de gran ayuda a la hora de poder elegir con tranquilidad y conocimiento tu suministro o distribuidor de biomasa. El resultado final ha de ser una astilla de gran calidad, cribada, tamizada y apta para su uso en calderas de biomasa.
Recuerda: todas nuestras calderas de astillas están certificadas para el uso de astillas del tipo A1 y A2. En el caso de disponer de astillas de calidades diferentes, no dudes en ponerte en contacto con nosotros en info@hargassner.es.
Felicitaciones
Absolutamente claro.
Queda una incognita:
QUIEN hace la certificación que se cumple las normas?
Alternativamente, sirven las auto certificaciones?
Gracias por su respuesta.
Existen laboratorios que verifican el cumplimiento de la normativa. Las auto certificaciones están bien para saber que se están cumpliendo ciertos parámetros y entre empresa privadas o entre particulares pueden ser suficientes, pero no lo son ni serán para contratar con administraciones públicas, por lo que le animo a usar las certificaciones normalizadas.