Que el uso de la biomasa nos ayuda a reducir los gastos en calefacción no es nada nuevo. En anteriores ocasiones hemos podido comprobar como las calderas de astillas de madera o las calderas de pellets hacen frente a los tradicionales equipos de gasoil. No solo producen unos niveles muy bajos de contaminación ambiental, sino que también funcionan con un combustible mucho más económico.
Poniendo cifras a una realidad
De acuerdo con los cálculos llevados a cabo por la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa, Avebiom, el precio del gasóleo no ha dejado de subir, elevándose desde los 0,547 euros por litro en mayo de 2016 a los 0,741 euros que se registraron el pasado 15 de mayo. Mientras que el precio de los combustibles fósiles no para de incrementarse, el de los biocombustibles se mantiene estable, lo que supone en estos momentos un ahorro considerable para la economía de las familias que apuestan por esta energía para calentar sus hogares.
Para los vecinos que han optado por instalaciones de biomasa que funcionan con astilla de madera ese ahorro es del 66%.
Optimización de las calderas de astillas de madera
Con el objetivo de seguir ofreciendo al consumidor final los mejores equipos para la generación de calor en sus viviendas, desde Hargassner seguimos trabajando sin descanso para dar con soluciones que nos ayuden a optimizar el funcionamiento de nuestras calderas. Y uno de los elementos clave para una buena optimización de las instalaciones de biomasa basada en astilla es el sistema de llenado de los silos, espacios donde se almacena el combustible que más tarde utilizará la caldera.
Volumen de almacenamiento, lugar de construcción del silo y accesibilidad para el suministrador. Estos son algunos de los aspectos que debemos estudiar a la hora de tomar una decisión sobre el tipo de silo de astilla a instalar: silos en sótanos, silos enterrados, con llenado lateral, etc. Y en base al tipo de silo que elijamos, nos decantaremos por un sistema de llenado u otro:
1.- Cuando el silo se encuentra en pisos superiores o presenta unas difíciles condiciones de entrada de material, el sistema de llenado de astilla patentado de Hargassner es, sin duda, la mejor opción. Este consta de una tolva, disponible en longitudes de 2,1 y 2,8 metros, que se carga mediante un volquete o camión cisterna desde el sinfín horizontal. Y pasando a través del sinfín vertical, que puede llegar hasta los 8 metros de altura, la astilla es transportada hacia el expulsor y distribuida uniformemente en el silo. Un proceso cómodo, rápido y que apenas genera polvo.
2.- En edificios donde no es posible un montaje interior, lo aconsejable es optar por el lanzador exterior. En este caso, el llenado se realiza a través de una abertura minúscula en la ventana o en el muro del edificio de 65 centímetros de ancho y de 30 centímetros de altura como mínimo.
3.- Para silos alargados, en cambio, la recomendación es el uso de un sinfín de distribución horizontal. Colocado en la parte superior del silo, se garantiza su llenado de una forma cómoda y automática.
4.- ¿Y qué pasa cuando el silo se encuentra bajo el techo? La solución más eficaz en este supuesto es utilizar un sistema de inclinación variable, con o sin tolva.
5.- Por último, cuando el silo esté ubicado en el sótano del edificio, el sinfín de carga horizontal facilitará el trabajo.
De esta manera, conseguiremos que los sistemas de calefacción funcionen correctamente, ofreciendo siempre el máximo rendimiento. Si tienes dudas, pide ayuda a nuestro equipo de profesionales y asesórate sobre el sistema de llenado que mejor se adapta a tus necesidades.