Los usuarios de calderas de biomasa son los primeros en notar que los precios de los pellets de biomasa no han sufrido grandes variaciones en los últimos años. Un dato que podemos confirmar gracias al índice de precios de biocombustibles sólidos que publica trimestralmente la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (AVEBIOM). Según dicho informe, los precios de este combustible se han mantenido estables, incluso muy por debajo de su coste en los países vecinos.
Esa estabilidad en los precios es lo que ha llevado a particulares y a empresas a apostar por este tipo de calderas para la generación de calor y agua sanitaria. Los pellets, en concreto, son un combustible muy limpio y fácil de almacenar; aunque dependiendo de la cantidad de biomasa a conservar, la instalación de un silo es lo más práctico y recomendable. Hablamos de una serie de depósitos, perfectamente diseñados, que facilitan el suministro de pellets a las calderas en la medida en la que estas lo demandan. De esta manera, los usuarios se despreocupan y no tienen que estar llenando el equipo cada poco.
¿Por qué emplear silos en lugar de almacenarlos en cualquier espacio?
El almacenamiento de sacos de pellets es muy engorroso, es medioambientablemente cuestionable (por la generación de residuos plásticos) e igualmente requiere un espacio para el almacenamiento. Un silo de pellets, sea un silo textil o de obra, ofrece un mayor índice de aprovechamiento de espacio que lo que podría ser el de un pallet con sacos. Los nuevos silos textilos GWT MAX de Hargassner ofrecen soluciones muy atractivas en este sentido. Por ejemplo el GWT MAX de 2 x 2 metros tiene una capacidad de 5 t de pellets, en general suficiente para cubrir el consumo anual de pellets de una casa individual. Es decir que en 4m² se puede almacenar de manera cómoda y sencilla el consumo anual de pellets. Estas capacidades de almacenamientos son imposibles de alcanzar con sacos de pellets (1 pallet de sacos lleva como mucho 1,2 t de pellets)
¿Qué capacidad debe de tener el silo?
Siempre recomendamos silos de gran capacidad si el edificio lo permite. De esta manera podemos comprar los pellets cuando mejor precio tienen y nos podemos despreocupar de nuestra caldera durante todo el año. Un valor aproximado sería multiplicar la demanda térmica del edifico por 0,35. Por ejemplo, con una caldera de 15 kW: 15 x 0,35 = 5,25t (evidentemente el consumo puede variar mucho en base al aislamiento del edifico, región geográfica, etc…)
Pero ¿dónde colocamos el silo? Dentro de la comunidad de viviendas, en el exterior, en una habitación independiente, junto a la caldera, etc.
Cuando se cuenta con espacio en la vivienda, podemos optar por colocar un silo en el interior, ya sea una habitación, un sótano, etc. Los silos textiles son una buena opción por su permeabilidad al aire, aunque no al polvo. Además, su montaje resulta muy rápido y sencillo. Otro punto a favor es la cantidad de modelos, con capacidades de almacenamiento desde 2 hasta casi 8 toneladas, entre los que elegir, por lo que siempre habrá uno que se ajuste a nuestras necesidades.
Como alternativa a los silos textiles están los silos de obra. Los pellets se pueden extraer ccon un sinfín RAS Hargassner y un sistema de aspiración de pellets como muestra la siguiente imagen:
Para evitar la aparición de moho y garantizar al mismo tiempo el secado del material que vamos a utilizar como combustible, debemos asegurarnos también de que la estancia no deja pasar el agua.
Y, ¿qué pasa si la instalación se lleva a cabo en exteriores? Conocer el material con el que se ha construido el silo adquiere mayor importancia, ya que determinará si es necesario aplicar o no una capa de protección UV o de protección contra la lluvia. En el caso de los silos de tela, sí se requiere que estén totalmente protegidos de la lluvia y humedad. En cambio, si el silo es metálico, de GRP o de hormigón, no sería necesario (seguir las indicaciones del fabricante).
Otra alternativa que te puedes plantear es instalar un silo subterráneo, sobre todo si no tienes espacio. Estos suelen ser de material plástico y se pueden enterrar en el jardín o debajo del garaje o de la entrada a la casa (tapando la parte superior con una arqueta). ¡Pueden llegar a tener una capacidad de 10 toneladas!. Una correcta colocación es imprescindible para evitar problemas con humedades.
Todos ellos tienen en común una cosa, y es que para la ejecución de estos proyectos conviene contar con una gran empresa con experiencia en el almacenamiento de combustible. Para cualquier información, no dudes en consultarnos.