Es otro de los muchos e interesantes datos del Estudio del Impacto Macroeconómico de Energías Renovables en España en 2015. Además, te mostramos cómo es la tasa de crecimiento real de la biomasa en nuestro país y cómo ha evolucionado el peso de la biomasa para la generación térmica.
Desde el año 2013 la tasa de crecimiento de la biomasa para la generación de energía calorífica ha seguido aumentando en términos reales. Un crecimiento positivo de 3,6% en 2013, 10,2% en 2015 y un 4,4% en 2015 son los últimos periodos más significativos.
Un factor a tener en cuenta y que seguro está influyendo son los programas de ayudas para rehabilitar las edificaciones con energía renovable y cumplir así, la Directiva Europea de Eficiencia Energética en los Edificios.
Como se puede observar en el gráfico 2, el año 2013 fue el mejor en cuanto a generación térmica de la biomasa. En concreto, 4.081 kteps por los 3.876 del año anterior, sin duda, un salto prometedor que se ve frenado en parte, por la pequeña bajada de los últimos años. En el pasado 2015, la biomasa para la generación térmica aportó 3.936 kteps.
El paso a la biomasa térmica en la industria está siendo más lento en comparación con el sector doméstico de comunidades de vecinos y viviendas particulares. Pero, como demuestran los casos de éxito de Hargassner, cada vez son más las instalaciones de biomasa en granjas, comunidades de vecinos y negocios relacionados con el turismo como casas rurales y hoteles.
La sustitución paulatina de los combustibles fósiles importados como el gas natural o los derivados de petróleo, como el gasóleo, por las energías renovables para usos térmicos producen sin lugar a dudas un efecto positivo y un ahorro económico para el país. Además, se reduce en gran medida la dependencia energética exterior.
Gracias a esta renovación de la energía tradicional y más contaminante por las fuentes energéticas limpias se dejaron de importar 4.283.635 toneladas equivalentes de petróleo (TEP) el pasado 2015. Traducido a términos económicos, se consiguió un ahorro de 3.085 millones de euros.
En términos de emisiones de CO2, la apuesta por las renovables es una de las principales acciones para reducir la contaminación. Durante el año 2015, en España gracias al uso de las energías limpias como la biomasa, se dejaron de emitir casi 13 millones de toneladas de CO2, lo que llevado al ámbito del ahorro económico supuso unos 100 millones de euros.
Un ahorro económico para España, que desde el año 2013, y como se puede ver en el gráfico anterior, sigue una tendencia al alza.