Esta población de 4.000 habitantes cercana a Viena, tiene una gran peculiaridad: se abastece totalmente de energía renovable de biomasa.
Con su inversión masiva de I+D en energías renovables, Güssing puso en marcha una tecnología capaz de cambiar el futuro de la región. Gracias a los desechos generados principalmente por la industria de la madera y el sector agrícola y a su gran e innovadora planta producen suficiente energía como para abastecer edificios públicos, hogares y empresas.
Ahora, el mismo dinero que antes se usaba para comprar combustibles fósiles se queda en la región y sirve para que Güssing siga progresando y creciendo, aumentando el empleo, gracias a la creación de numerosas cooperativas que suministran la materia prima, y también atrayendo a nuevas empresas.

Todo empezó en el año 1995, cuando el entonces alcalde Peter Vadasz inició, con la colaboración de un ingeniero, un proceso para disminuir los costes de uno de los municipios más pobres de toda Austria. El objetivo del proyecto tenía como fin el abastecimiento de los edificios públicos con recursos y energía que se podrían obtener del mismo pueblo.
Las primeras medidas del programa de eficiencia energética de Güssing fueron aislar los centros públicos y cambiar todas las luces del pueblo por bombillas de bajo consumo. Estas acciones hicieron que se ahorrase hasta un 50% de energía eléctrica.
Gracias a esta visión de eficiencia, ahorro y respeto por el medioambiente en el año 2001, Güssing entró en la historia al ser la primera localidad europea en ser independiente energéticamente. Había logrado producir el 100% de su electricidad y su calefacción con energías renovables. Gracias a la ventaja de poder producir su propia energía utilizando la biomasa, no solo se ahorró mucho dinero público del pueblo, sino que también aumentó el empleo en la zona y nuevas empresas veían con buenos ojos instalarse en el municipio ya que el precio de la energía era muy atractivo.
Este pequeño pueblo es un ejemplo claro de que las renovables, y en concreto la biomasa, son eficiente energéticamente y muy capaces de abastecer una localidad. Con infraestructuras innovadoras y siguiendo una estrategia tanto económica como ambiental, la biomasa puede ser la base y la solución sostenible para salir de una crisis, crear empleo y riqueza o aumentar el ecoturismo.