Se acercan las fiestas navideñas y con ellas el momento de decorar nuestra casa, por ello os queremos hablar del adorno por excelencia, el árbol de Navidad. En concreto, queremos mostrar las ventajas por las que este año optar por un árbol natural es mejor opción que comprar uno artificial.
Origen del árbol de Navidad
Se cree que el primer árbol de navidad moderno, tal y como lo conocemos hoy en día, apareció en el año 1605 en Alemania. Pero su origen se remonta a la época donde el pueblo celta, asentado en Europa central, usaba árboles para representar a sus Dioses.
Ese concepto pagano de simbolismo y adoración fue adaptando hacia el cristianismo durante el siglo VII quedando como una costumbre fija, que cada año, por Navidad, se adornase un árbol en los hogares de las familias de gran parte de Europa.
Hoy en día el árbol de Navidad es el símbolo de las fiestas y su decoración con adornos, bolas y cintas acabando con la estrella fugaz de la copa es el pistoletazo de salida a reuniones familiares, grandes comidas y regalos para todos. Ante esta situación tenemos dos principales opciones, optar por un árbol artificial o escoger uno natural.
Ventajas de usar árboles naturales
Elegir un árbol de navidad natural es una gran opción en muchos sentidos. Por ejemplo, este tipo de árboles se producen principalmente en viveros, zonas controladas donde por cada árbol que se vende, se planta otro. Este gesto ayuda a la repoblación de bosques y zonas verdes.
Las zonas de cultivo ayudan a generar puestos de trabajo y estabilizan los terrenos previniendo el calentamiento global del planeta. Durante su crecimiento los árboles naturales absorben el CO2 y devuelven a la atmósfera el oxígeno, por lo que, mientras viva está ayudando a mitigar los efectos del cambio climático. Acciones totalmente opuestas a la contaminación que originan las fábricas donde se hacen los árboles artificiales.
Este año, según los datos de los productores de este tipo de árboles, se espera que las ventas se incrementen un 30% respecto a las pasadas Navidades.
Una vez finalizadas las fiestas, el porcentaje de supervivencia de los árboles ronda el 10%, ya que las calefacciones de los hogares hacen que no se llegue a replantar. Esos árboles que no son devueltos a los viveros, se reutilizan, después de su triturado, en forma de compost o abono para nutrir a los nuevos árboles y también como combustible para calderas que funcionan con energías renovables como la biomasa.
Así se cierra un círculo totalmente limpio y ecológico que genera puestos de trabajo dentro del denominado empleo verde, ayuda a la repoblación de bosques, protege el medioambiente y produce energía sin contaminación
En muchos lugares por todo el mundo hacen recogidas de árboles de Navidad naturales para su posterior reciclaje. Uno de los municipios pioneros en España en este tipo de actividad fue el de Alp, perteneciente al ayuntamiento de Puigcerdà, provincia de Girona. Ya en 2008 y gracias a la reutilización de los árboles de Navidad y su conversión en combustible de biomasa, suministraron energía a las calderas de las escuelas, al pabellón deportivo y al de congresos durante el invierno.