Växjö, sostenibilidad a partir de la biomasa

Växjö es la ciudad más sostenible de Europa. O al menos así la califican administraciones públicas y organismos internacionales. ¿El motivo? El Ayuntamiento de esta ciudad situada al norte de Suecia, apuesta desde 1993 por la implantación del uso de energías renovables en toda la ciudad. Y está a punto de conseguirlo. En diez años ha logrado reducir un 35% las emisiones de CO2 a la atmósfera, con el compromiso de eliminar el uso de combustible fósil de cara al 2050.

La localidad tiene alrededor de 63.000 habitantes en una superficie aproximada de 15 km2. Está rodeada de lagos y bosques. La cercanía de la materia prima (biomasa) y el compromiso con el medio ambiente de la administración pública, ONGs, asociaciones y de los propios ciudadanos, han sido esenciales para la incorporación de las energías limpias en el día a día de la ciudad.

Ciudad de Växjo

Vista de la catedral de Växjö

Esta cruzada tiene su origen en el lago Trummen, en 1960. En este año se inició el movimiento en defensa del entorno de la ciudad. La primera apuesta fue la recuperación del lago, que durante años había sido depósito de basura y de aguas contaminadas procedentes de una fábrica de lino cercana. A partir de este momento, hubo un cambio en la percepción energética de la ciudad; en los años 80 se hizo un plan energético que consiguió generar calefacción para la ciudad a partir de biomasa.

Lago Trummen, en Växjö

Lago Trummen, en Växjö

La biomasa en Växjö

Según los datos del 2012, la ciudad ha conseguido reducir hasta un 41% las emisiones por habitante desde 1993, con la utilización de combustibles naturales y otras iniciativas encaminadas a la preservación del medio ambiente. El reto es llegar a un 55% en 2015. Y van por buen camino.

Vivienda sostenible

Bioconstrucción en Växjö

Växjö utiliza la biomasa para proporcionar calefacción y agua caliente en las dependencias públicas pero también en los hogares de la ciudad. En concreto, el 90% de la energía térmica se obtiene a partir de la biomasa. Básicamente se utiliza leña proveniente de los bosques colindantes a través de una explotación controlada. Los combustibles fósiles han quedado relegados a los vehículos de motor, aunque el desafío de la ciudad sueca es sustituir este tipo de combustible por otro más sostenible.

La red de calor por biomasa alcanzaba, en el año 2009, el 84% de las viviendas particulares y empresas. Estos sistemas de calefacción se han adaptado para barrios pequeños. Y a las residencias que quedan fuera de este rango de acción se les ofrece subvenciones para cambiar las antiguas calderas por las de biomasa.

La facilidad administrativa y el compromiso político y ciudadano facilitan estas medidas.

La planta de cogeneración Sandvik

En Växjö está la planta de cogeneración Sandvik, una central capaz de consumir combustibles sólidos y naturales, proporcionando versatilidad a la hora de elegir la mejor relación de cantidad de energía producida y precio. No obstante, el bloque central de la planta funciona con biocombustible.

En este tipo de centrales, un tercio de la energía térmica se emplea para producir electricidad, cubriendo cerca del 40% de la demanda de la ciudad; y los dos tercios se destina a proporcionar calor, llegando a edificios públicos y alrededor de 7.000 viviendas (usuarios conectados a la red district heating local).

Según la publicación Bioenergy International, el 97% de la producción energética de la planta es bioenergía.

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