El gasto energético de una vivienda unifamiliar o de un edificio (comunidad de vecinos, hospitales, geriátricos…) depende de varios factores, entre ellos, el tipo de aislamiento, los hábitos de calefacción, una instalación hidráulica correcta, la calidad del combustible de la caldera y aspectos climatológicos de cada zona, entre otros.
No obstante, el número de personas y de vecinos también influye y hace fluctuar la factura energética. De esta forma, contar con una caldera que funcione correctamente y que permita un mínimo gasto de combustible permite ahorrar en calefacción durante el invierno y en agua caliente durante todo el año.
En España, existen varios tipos de combustibles fósiles. Por un lado, está el gasóleo, el butano-propano, el fuelóleo y gas natural. Normalmente el coste de este tipo de combustibles es mayor que el de otros basados en materias naturales, como pueden ser los pellets y las astillas de pino.
Según los datos de Bioenergy del 2012, el precio medio del kWh del gas natural es de 5,93 euros por kWh más el coste fijo mensual, frente a los 4,51 euros que cuesta el saco de pellets de 15 kg.
Utilizar combustibles orgánicos como la biomasa pueden reducir a la mitad la factura energética. De hecho, al comparar el gasto de una caldera de gasoil frente a la de biomasa se puede llegar a ahorrar hasta un 50%.
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[…] obstante, todos tienen en común la reducción de los costes de calefacción. A modo de comparativa, 1 litro de gasoil equivale energéticamente a 2 kg de pellets. El litro […]